No hay mal que por bien no venga

Otro duro golpe a la UCR, su candidato a presidente, hoy es candidato a vise de aquellos a quienes hasta octubre debía combatir. ¿Será posible que la política deje de ser posibilista, y vuelva a los principios, a los valores y a los ideales?
Los radicales, siempre intentamos buscar los porques, los culpables, etc. cuando deberíamos intentar buscar soluciones, para un partido que parece adormecido, viejo y lento.
No me quiero detener en los problemas del radicalismo, pues es un tema recurrente de las reuniones, y pienso que estaría demás.
Creo sería muy acertado decir, que este partido “perdió” lo que tenia de revolucionario, de luchador, y aguerrido. Es decir su espíritu más profundo, aquello que es lo realmente radical.
Otro duro golpe para la UCR, pero codo dice un refrán, “no hay mal que por bien no venga” ¿Pero que puede traer de bueno semejante traición? Bueno, este golpe bajo al espíritu de los radicales, debe despertarnos. La bronca y la traición deben enardecer el fuego revolucionario, aquel que dio vida a la Unión Cívica Radical.
Muchas veces me han dicho, que Irigoyen ya fue, que Alem es historia. Tal vez tengan razón. Aplicable también a los próceres de la emancipación americana. Pero ¿Por qué? Porque ellos como muchos otros no comprenden que ellos no están muertos, viven en el corazón de los justos y los bien intencionados.
Tenemos la oportunidad de levantarnos ante semejante ataque, de volver a luchar, es hora de salir nuevamente con ganas profundas de cambio. La decepción tenemos que convertirla en impulso creador, para salir con mas ganas, salir a demostrar que el partido no esta muerto!!!
Que respira, y late, y que esta dispuesto a dar batalla.
Lo mejor que podemos hacer es ver esto como una oportunidad, aprovecharla para poder hacer y decir lo que pensamos, es una oportunidad para ser escuchados.
Por sobre todo nosotros, los jóvenes debemos levantar bien alto las banderas del radicalismo, y devolverle a este ese espíritu de cambio.
Otro duro golpe a la UCR, podemos seguir inertes y dubitativos y así perdemos los argentinos, o por el contrario levantarnos. Queda en nosotros elegir el camino a seguir, como el mitológico fénix que revive de sus cenizas, que la decepción se convierta en fuego, y que arda dentro nuestro. Pues como dijo Alem antes de morir, somos los jóvenes los encargados de consumar la obra del radicalismo.